Sean libres en los Océanos Interminables... Conozcan a las Aguas sin Dueño... Sean bienvenidos a los Mares Piratas.

sábado, 18 de agosto de 2007

Él

Esa noche, se sintió solo, aunque no sabría decir si triste. Tenía el peso de un error mal contabilizado encima, y lo que pensó no sería más que una broma del momento, de un instante a otro pasó a ser un problema medianamente grande. Para él, al menos.
Desde que se dio cuenta de que la botella quedó en su bolso, se enteró también de que quizás se había equivocado. O de que probablemente, se había pasado de la raya. Y tenía que decírselo a alguien, pero como la mayoría de las veces, cuando lo necesitó, no estaban los oídos que él quería que lo oyeran. Entonces, calló hasta llegar a sus aposentos. Discó el número. Ella le contestó al otro lado, con voz durmiente. Se le pasó por la cabeza, que quizás debería dejarla dormir, pero prosiguió. Intentó convencerla de que lo escuchara, por la otra línea. Ella le reiteró que no podía, y se desearon buenas noches mutuamente. Probablemente ella se dormiría pronto. Él hubiera deseado caer en sueño profundo, pero en lugar de eso, se sintió abandonado, aún cuando en el fondo sabía que no era así. Fue como esas raras veces, pero que últimamente le habían ocurrido recurrentemente. Se acercó a su computador, e hizo tocar una canción que le sacara todo lo de dentro. Como resultado de todo, escribió estas líneas, por que el resto, las borró sabiendo que no eran a lugar en ese momento.
Joaquín Castro
18/08/07

3 comentarios:

Fer dijo...

joaquin el profundo D:

me gustó.. eso cmo un cuento corto :B
los cuentos cortos son geniales.

saludos :B

kryia dijo...

io t escucho =(

cOlega dijo...

Si, fue como cuento corto. Pero no de fantasía, sino algo bastante real. Me suelo sentir así, esa sensación de vacío sin saber que es... en fin, husmeando encontre esto, y amo leer blogs!

Nos estamos leyendo y viendo.